AC Y AGUA
En Agricultura de Conservación, se produce una menor escorrentía por un incremento de la infiltración de agua, hecho que se da debido a las mejoras estructurales aportadas por estas técnicas y la gran cantidad de restos de cosecha sobre el suelo que frenan el flujo del agua sobre la superficie, lo que impide la formación de costras superficiales que limitan la infiltración de agua.
Así pues, gracias a la presencia de restos vegetales sobre la superficie del suelo, la velocidad del agua por encima disminuye, reduciendo la escorrentía y aumentando el tiempo de oportunidad de infiltración. Además, dichos restos protegen al suelo del impacto directo de las gotas de lluvia, la cuales son las responsables en suelos desnudos, de disgregar los agregados, produciendo con ello un sellado de la superficie (encostramiento), fenómeno que limita la infiltración e incrementa la escorrentía.
Diversos estudios a nivel mundial refrendan la reducción de la escorrentía que se dan en los sistemas de Agricultura de Conservación, siendo dicha disminución de hasta el 70%.
Por su parte, el incremento de la tasa de infiltración que se da en los suelos manejados bajo Agricultura de Conservación, posibilita que la recarga hídrica de los mismos tras los periodos de lluvia sea mayor que los suelos manejados bajo un sistema basado en el laboreo.