Agricultura para mitigar el cambio climático
La agricultura tiene una doble relación con el cambio climático. Por una parte, está claramente afectada por él; y por otra, también contribuye al fenómeno en tanto que es una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero. En este segundo papel, solo en Europa aporta el 10% de los GEI emitidos, en datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, concretamente dióxido de carbono, óxido nitroso y metano. En España, del 60% de las emisiones de los sectores difusos, en los que se incluyen la agricultura y la ganadería, estas aportan porcentajes similares, según la Oficina de Cambio Climático del Mapama. Las emisiones de origen agrícola se generan principalmente en procesos de la agricultura intensiva, por el uso de fertilizantes nitrogenados y el consumo de combustibles fósiles y, en la ganadería, por los gases de la digestión de las vacas. Pero ninguno de estos factores son inevitables y esas emisiones se pueden reducir con la introducción de cambios en las prácticas agrícolas, de la agricultura convencional especialmente, y ganando eficiencia en tanto en la fertilización de los cultivos como en el uso de combustibles.
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