Tres son los fundamentos para el éxito en la implantación y desarrollo de las prácticas de Agricultura de Conservación:
- Supresión del laboreo, de manera que se realice la siembra sin la alteración mecánica del suelo.
- Mantenimiento de una cobertura vegetal del suelo, de manera que, al menos, quede cubierto un 30% de su superficie por restos vegetales.
- Programar rotaciones o diversificación de cultivos en cultivos anuales.
PRÁCTICAS DE LA AC
Las prácticas más representativas de la Agricultura de Conservación son la Siembra Directa en cultivos herbáceos y las Cubiertas Vegetales en cultivos leñosos.
La Siembra Directa se trata de la mejor opción para lograr un elevado grado de conservación en cultivos anuales, en la que la supresión de las labores mecánicas sobre el suelo es total.
Por su parte, las Cubiertas Vegetales proveen de protección a la superficie de suelo entre las hileras de los árboles ante la erosión hídrica generada por el impacto directo de las gotas de lluvia.
AC Y SOSTENIBILIDAD
La Agricultura de Conservación es un sistema de manejo sostenible en toda su amplitud.
Su aplicación no sólo supone la obtención de beneficios en el ámbito medioambiental, al mejorar los recursos naturales suelo, agua y aire y favorecer el incremento de la biodiversidad, sino también en los ámbitos económico y social, al reducir los costes e incrementar el margen de beneficios.
NOTICIAS
PROYECTOS
LIFE AGROMITIGA
El proyecto LifeAgromitiga persigue contribuir a la transición hacia un sistema agrario hipocarbónico, aportando resultados validados, aplicables a los compromisos de la UE en las alianzas globales climáticas.
INNOCEREAL
Este proyecto europeo, liderado por la Universidad de Córdoba, y en el que participan el IFAPA, la Asociación Española de Técnicos Cerealistas (AETC), Greenfield y Agrifood, pretende facilitar la transición hacia la producción de cereales bajos en emisiones en Europa mediante la innovación tecnológica, la mejora de la rentabilidad ambiental y económica y la revalorización de la industria atravesando toda la cadena de producción. Diversas prácticas agrarias se están implementando para ello en varias explotaciones en Andalucía, Castilla León, Castilla la Mancha y Aragón, como la siembra directa, el uso optimizado de productos agroquímicos, uso de variedades mejoradas, así como la inclusión de nuevas tecnologías para la mejora de la sostenibilidad ambiental, económica y social de la producción de trigo blando, trigo duro y cebada maltera en todos los eslabones de la cadena de valor, desde el agricultor hasta la distribución, promoviendo etiquetados de calidad ambiental que proporcionen mayor valor añadido al producto final.