La crisis del coronavirus ha visibilizado varias reivindicaciones que el sector agrario ha venido lanzando en los últimos años. En primer lugar, la necesidad de asegurar la producción eficiente y sostenible de alimentos en España para abastecer con garantías a la población. En segundo lugar, el que se prime el criterio científico por encima del ideológico a la hora de que podamos emplear la innovación en medios de producción que garanticen la sostenibilidad de la producción agrícola desde la semilla hasta la cosecha. Finalmente, el inicio de cambio de tendencia en la percepción positiva de la figura del agricultor y ganadero por parte de la opinión pública.
Tras la vanguardia de nuestro personal sanitario y la labor de las Fuerzas de Seguridad del Estado en la lucha contra esta pandemia, los agricultores y ganaderos hemos estado en primera línea para seguir produciendo y abastecer con garantías los mercados y los lineales de los supermercados de pueblos y ciudades.
Suministrar alimentos saludables, seguros y a precios asequibles es nuestra responsabilidad como agricultores y ganaderos en unas actividades, que por otra parte, mantienen nuestros pueblos vivos y son el primer baluarte contra la despoblación rural que padece nuestro país.
Somos un millón de explotaciones agrícolas y con más de dos millones de empleados si incluimos la agroindustria. Muy cercana al turismo, un sector muy castigado por la crisis del coronavirus, la agricultura y el sector agroalimentario es la segunda industria del país.
Que sigamos produciendo durante el periodo de confinamiento no es la excepción. Garantizamos siempre que los ciudadanos puedan alimentarse tres veces al día con productos agrícolas y ganaderos, que tienen una completa trazabilidad, con los máximos estándares de calidad en la producción agrícola y bienestar animal.
El modelo de agricultura sostenible que defiende ALAS, esto es, que se base en la eficiencia de recursos y la apuesta por la innovación de la mano de la ciencia en favor de la productividad agrícola, el respeto por el medio ambiente y la biodiversidad, y la lucha contra el cambio climático, se exhibe a partir de ahora más que nunca ante los ciudadanos, porque solo un modelo de producción así puede estar a la altura de una situación tan excepcional e inédita como la que estamos viviendo.
Pero para que podamos seguir produciendo de esta manera, debemos disponer de herramientas de producción que garanticen la sostenibilidad económica, social y medioambiental de nuestras explotaciones. Solo la innovación y la tecnología al servicio de la agricultura y la ganadería ostentan la palanca para garantizarla.
El criterio científico que avala tecnologías como la edición genética y la sanidad vegetal, además de buenas prácticas agrícolas, debe ser tomado como una prioridad política para que tengamos las mismas reglas que las de nuestros competidores extracomunitarios, teniendo en cuenta que la agricultura española es de las más heterogéneas de la Unión Europea y necesita más medios para proteger sus cultivos por las condiciones climáticas y sus consecuencias como la erosión, la sequía y el mayor riesgo de sufrir enfermedades y plagas. Así surge la necesidad de que nuestra agricultura se convierta por este motivo en laboratorio europeo para combatir el cambio climático.
La pandemia del COVID-19 ha escenificado que la opinión de los científicos es la pauta para salir de manera segura del contagio y volver paulatinamente a la normalidad. Precisamente, es la voz de la ciencia la que hemos defendido y defenderemos para avalar nuestro modelo de producción sostenible.
Por último, la importancia estratégica de la agricultura y la ganadería se ha colocado en el foco mediático como pocas veces antes y no debemos desaprovechar la oportunidad.
Precisamente, uno de los objetivos de la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), integrada por las organizaciones profesionales agrarias de ámbito nacional y general, ASAJA y UPA, junto con Cooperativas Agro-alimentarias de España, FEPEX y la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEACSV), consiste en dar a conocer la realidad del sector productor de alimentos y disminuir la brecha existente entre el mundo rural y el urbano.
Fuente: ALAS