
La Agricultura de Conservación (AC) vive un momento dulce, con un crecimiento constante en los últimos años del número de hectáreas de cultivos extensivos manejados bajo Siembra Directa (SD). La necesidad de los agricultores de hacer una transición hacia sistemas de producción que les permitan reducir costes y mano de obra en sus explotaciones, así como el incentivo de la técnica por parte de la administración a través de la figura de los eco-regímenes son las dos principales razones detrás de este nuevo repunte del sistema de no laboreo en España.
La transferencia continua de conocimiento sobre este sistema de producción agrícola entre agricultores, asesores técnicos e investigadores ha permitido ir dando respuesta a las diferentes problemáticas que se han ido encontrando los profesionales del sector agrario en estos más de 30 años de expansión de la Agricultura de Conservación. Pese a todo, en el avance del desarrollo de la técnica aún quedan muchos retos y trabajo por delante y uno de ellos es el cultivo de girasol en Siembra Directa en condiciones de secano.
El cultivo de girasol es una oleaginosa de primavera que permite diversificar la rotación de los cultivos, rompiendo dinámicas de plagas y enfermedades en los cereales de invierno, ayudando a realizar un adecuado control de malas hierbas gramíneas de ciclo de invierno especialmente con el Lolium Rigidum (vallico) resistente al grupo HRAC A (WSSA 1). También permite la diversificación de la carga de tareas en campaña de siembra y cosecha, especialmente en explotaciones de cierto tamaño.
Las nuevas condiciones derivadas del cambio climático, con veranos con olas de calor cada vez más extremas y largos periodos sin lluvias, la retirada de la ayuda asociada a las oleaginosas en la PAC 2023-2027 y el aumento de la incidencia de los daños por fauna en zonas donde tradicionalmente se venía cultivando girasol, hacen que en la actualidad muchos agricultores se estén replanteando si continuar con dicho cultivo en su diseño de rotaciones.
Además de las cuestiones ya mencionadas, los agricultores que gestionan sus explotaciones en Agricultura de Conservación sin realizar laboreo tienen que hacer frente a otras problemáticas que pueden llegar a mermar significativamente la productividad del girasol cuando lo implantan en su rotación.
Acceso a maquinaria
Una de las primeras problemáticas que se encuentran los agricultores cuando comienzan con manejos de SD y quieren continuar incluyendo el cultivo de girasol, pero sin realizar laboreos, es disponer de una adecuada maquinaria de siembra que coloque la semilla adecuadamente en su lecho de siembra en un suelo sin remover.
Cuando se realiza la transición hacia Agricultura de Conservación se llevan a cabo inversiones de medio-largo plazo como la sembradora de SD de chorrillo. Pero en la mayoría de las explotaciones de cultivos extensivos de secano, el girasol no suele representar más del 10-15 % de la superficie, por lo que plantear la compra de una sembradora de monograno de SD no sería una adecuada inversión económica salvo para agricultores que combinen sus explotaciones agrícolas con la prestación de servicios a terceros.
Ante la problemática de no disponer de una sembradora de monograno de SD ni de un servicio de siembra cerca de su explotación, cada vez crece más el número de agricultores que optan por una tercera vía, la de usar sus sembradoras de chorrillo de SD inhabilitando líneas de siembra. Con esta solución pierden la precisión y homogeneidad de siembra que dan las sembradoras monograno, pero está siendo una alternativa real y con ciertos buenos resultados productivos ante la dificultad de acceso a maquinaria especializada, sobre todo en aquellas explotaciones donde la superficie de girasol es muy reducida.
Compactación del suelo
Esta es la principal problemática agronómica que impacta muy notablemente en la productividad del girasol en condiciones de secano, por todas las implicaciones que supone en el ciclo del cultivo. La compactación del suelo es la limitación del desarrollo radicular de los cultivos que les impide principalmente acceder a agua y nutrientes, viéndose reducida de forma significativa la producción de los cultivos, una problemática que afecta especialmente a esta oleaginosa.
En Agricultura de Conservación se funciona con un sistema de laboreo biológico donde se labra con raíces, tanto de cultivos comerciales como de cultivos de servicio, y lombrices. Se parte de un punto de partida donde nos encontramos un suelo totalmente disgregado, con bajos niveles de materia orgánica y con una estructura ‘harinosa’ que no es capaz de soportar la maquinaria y muy propensa a la compactación.
A medida que se van realizando de forma continuada cultivos en SD, se comienza a producir la agregación de las partículas del suelo y cada vez se tiene una estructura más ‘madura’ con una mayor capacidad de soportar los pases de maquinaria y una adecuada porosidad para el desarrollo radicular de los cultivos.
En su cierta medida, parte del éxito productivo de un girasol es que el sistema de radicular del cultivo sea capaz de desarrollarse en profundidad para acceder a agua, especialmente en la fase reproductiva del cultivo, aparición botón floral y llenado de la torta. Si en esa fase del cultivo las raíces se encuentran con capas de compactación y una mala estructura de suelo, es cuando cae significativamente la producción del cultivo. Por esta razón, muchos agricultores y asesores técnicos han sacado la conclusión simplista que afirma que “el girasol en SD no cría cosecha”, cuando la conclusión tendría que ser que “el girasol en un suelo compactado no cría cosecha”.
Ante esta problemática se está trabajando en dos vías. La primera de ellas es el laboreo vertical en línea de siembra a través de sistemas strip-till. Aquellos agricultores de SD que mediante servicios de siembra de terceros pueden acceder a esta tecnología, están optando por esta vía para mejorar el potencial productivo del cultivo y solucionar la problemática relacionada con el desarrollo radicular del girasol, así como su acceso al agua en profundidad.
La segunda vía, que es tanto sustitutiva como complementaria a la estrategia del sistema strip-till, es la utilización de cultivos de servicio de diferentes especies como labradores biológicos en los cuales profundizaremos a lo largo del artículo.
En cualquier caso, y según la experiencia de nuestros agricultores asociados en los últimos años, no se recomienda tratar de implantar girasol en SD en parcelas que no tengan una calificación de ‘buena’ estructura y se detecte compactación en los sistemas radiculares de cultivos anteriores, así como en hierbas adventicias.
Temperatura del suelo
Los restos de paja de cultivos anteriores, así como la cobertura generada por los posibles cultivos de servicio son unos grandes aliados para reducir la evaporación durante todo el ciclo del cultivo, así como para mantener un mayor nivel de humedad en el momento de la nascencia, pero puede ser una desventaja significativa en la siembra respecto a manejos de laboreo tradicional.
En ocasiones, especialmente en siembras tempranas, la cobertura puede dificultar alcanzar la temperatura optima del suelo de 10-12°C para llevar a cabo una adecuada y homogénea germinación del cultivo de girasol. Como adaptación a esta problemática, los agricultores están optando por dos vías. Aquellos que llevan a cabo la siembra con una sembradora monograno de SD están incorporando un barre-rastrojos que, entre otras funciones, tiene la de limpiar residuos en la línea de siembra aumentado la temperatura del suelo en la zona donde se va a colocar la semilla.
Aquellos que optan por una sembradora de chorrillo de SD, al no disponer de este implemento están condicionados a retrasar la fecha de siembra hasta que las mediciones de la temperatura del suelo alcanzan los valores óptimos, sin que pierdan el tempero de los primeros centímetros para conseguir una nascencia con éxito.
Utilización de herbicidas de preemergencia
El girasol es un cultivo de ‘hoja ancha’ (dicotiledónea) y baja competencia cuyas malas hierbas principales son dicotiledóneas de verano como Salsola Kali, Kochia Scoparia, Conyza spp., Amaranthus spp o Chenopodium spp. entre otras muchas.
La cobertura del suelo generada por los restos de cultivos, sumado a las bajas probabilidades de lluvias superiores a 15-20 litros/m2 tras la siembra del cultivo y la aplicación de un posible herbicida preemergente, hacen que cada vez se utilice menos esta tipología de herbicidas en SD de girasol ya que la eficacia de los productos puede reducirse al 30-50% de control si no se dan condiciones ambientales favorables.
Dichos condicionantes agronómicos y climáticos estarían forzando a los agricultores a decantarse por elegir variedades de girasol de tipo Clearfield® y ExpressSun® para poder hacer tratamientos en postemergencia del cultivo contra malas hierbas de dicotiledóneas de verano, aunque como nos muestran las plataformas de ensayos de variedades, este tipo de tecnologías reduzcan el posible potencial productivo del cultivo.
Cultivos de servicio, parte de la solución
La necesidad de mejorar la estructura de los suelos previo al cultivo de girasol, reducir las posibles compactaciones y aumentar el grado de cobertura para reducir el estrés térmico e hídrico de la oleaginosa durante las olas de calor del verano, ha hecho que en los últimos años se haya comenzado a trabajar de forma intensa en la introducción de cultivos de servicio (CS).
Desde AGRACON, en los últimos 5 años se viene trabajando con los agricultores asociados en experiencias de cultivos de servicios multiespecies previo al cultivo de girasol. Los CS se componen de gramíneas (centeno, avena, hierbas adventicias espontaneas…), leguminosas (habines, guisantes, vezas…) y/o crucíferas (colza, mostaza…) a través de los cuales se busca principalmente los servicios mencionados con anterioridad a los cuales se sumaria la fijación de nitrógeno.
Se recomiendan siembras muy tempranas a comienzos de septiembre para acumular el máximo desarrollo de la biomasa y del sistema radicular durante el otoño. Es muy importante no alargar en exceso el ciclo del CS ya que puede consumir en exceso agua en primavera dejando el perfil demasiado seco para el cultivo de girasol, por ello, la fecha de control dependerá en cada campaña dependiendo según la pluviometría de la primavera, variando desde primeros de febrero a mediados de abril según las zonas climáticas y como se presente cada año agrícola. Se suele recomendar hacer un control del cultivo de servicio entre 6-8 semanas previo a la siembra del girasol para favorecer la recarga de agua del perfil.
El método de control se centra principalmente en fitosanitarios y, en los últimos años, poco a poco los agricultores están integrando herramientas como el roller-crimper o rolofaca.
Gracias a la introducción de los cultivos de servicio se está reduciendo una de las problemáticas del girasol en SD como es la compactación. Aunque queda mucho trabajo por delante, se está abriendo una vía para lograr una adecuada productividad de esta oleaginosa en los secanos sin necesidad de hacer laboreos y romper las dinámicas de regeneración de los suelos agrícolas, mediante la implementación de la Agricultura de Conservación y sus beneficios medioambientales.
Fuente: interempresas.net